viernes, 19 de febrero de 2021

EL TRABAJO DEL ASPIRANTE A LA VIDA SUPERIOR - LECCIÓN II - del libro Filosofía Avanzada Max Heindel - en you tube -


LECCIÓN II

EL TRABAJO DEL ASPIRANTE A LA VIDA SUPERIOR

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Nadie tiene el privilegio de dotes especiales. Todos pueden adquirir el conocimiento de la verdad respecto al peregrinaje del espíritu a través de la materia, su método y finalidad. Hay un método por el cual se puede adquirir este importante conocimiento, y que permite, si se sigue con persistencia, el desarrollo de poderes casi divinos.

El Ego tiene varios instrumentos: un Cuerpo Denso, un Cuerpo Vital, un Cuerpo de Deseos y una Mente. Estas son las herramientas del Espíritu, y de su cualidad y condición depende la cantidad de trabajo útil que se puede hacer para ganar experiencia en cada vida. Los arquetipos de estos vehículos son construidos antes de cada vida terrestre. Los vehículos mismos son buenos, malos o indiferentes, según lo que hemos aprendido en experiencias pasadas respecto a su construcción.

En la misma medida en que uno trabaja con estos maravillosos instrumentos, ellos mejoran y aumentan en poder y eficacia.

El tiempo necesario para terminar un desarrollo espiritual positivo varía con cada individuo y depende de su aplicación, su grado de evolución, y la madurez de su destino para poder ser liquidado en alguna de sus vidas terrestres. Si alguien ha despertado de la letargia usual y tiene empeño en progresar, generalmente se pregunta a sí mismo: “¿Qué debo hacer?” La contestación es: trabaja para perfeccionar tus vehículos y al mismo tiempo empléalos constantemente para servir a la humanidad. La actividad que se despliega sobre los distintos cuerpos del hombre, se hace simultáneamente. No es posible ejercer influencia sobre uno de estos cuerpos sin afectar al mismo tiempo a los demás; pero el trabajo principal en cualquiera de nuestras vidas terrestres, se puede hacer sobre uno cualquiera de nuestros cuerpos.

El objeto del trabajo afectando a estos cuerpos es la unión con el Yo Superior. Por la más severa atención a la higiene y dieta, el cuerpo denso recibe un beneficio especial, y un ligero efecto es también producido sobre el Cuerpo Vital y el de Deseos. A medida que el Cuerpo Denso se llena de materia más pura y de mejor clase, sus partículas se envuelven también en una materia planetaria, etérea y de deseos más pura. Pero si uno se fija exclusivamente en la alimentación y la higiene, el Cuerpo Vital y de Deseos se quedaran casi lo mismo que antes, con la única diferencia de que la persona en cuestión tendrá un poquito más de facilidad para establecer el contacto con los Mundos Invisibles, que en el caso en que empleara una alimentación más tosca y pesada.

El desarrollo esotérico no empieza hasta que se inicie la actuación sobre el Cuerpo Vital. El principio fundamental de la construcción del Cuerpo Vital, es la repetición. Es por consiguiente de la más alta importancia el que verdades espirituales sean repetidas constantemente, con un anhelo de expresar el Amor y Altruismo de Cristo en la vida de todos los días. Los conductores de la humanidad que desean ayudarnos por medio de ciertos ejercicios, instituyeron la oración como un medio para que pensamientos elevados pudiesen ejercer su poder sobre el Cuerpo Vital. Si oramos como es debido, nos elevamos hacia Dios, actuando así sobre nuestro Cuerpo Vital y purificándolo.

La concentración es inestimable como ayuda para separar los dos éteres superiores de los dos inferiores; constituyendo entonces los dos primeros, el cuerpo–alma. Esta separación es necesaria antes de que el aspirante pueda viajar o funcionar conscientemente en los planos superiores. Sin embargo, cuando la oración está inspirada por una devoción pura y altruista en los altos ideales, es mucho más eficaz que una concentración fría.

Muchas personas abandonan la vida física con casi el mismo temperamento que aquel con el cual nacieron. Pero el aspirante debe hacer más que esto; debe vencer sistemáticamente todas las tentativas del Cuerpo de Deseos, que tienden a lograr el predominio. Tiene que vencer igualmente con nobles aspiraciones, el amor Egoísta que busca posesionarse de otro, y aplastar todo deseo de riqueza, poder o fama, que nace de motivos mezquinos personales. Un acceso de mal humor puede muy bien envenenar todo el sistema. Por esta razón el aspirante debería cultivar un humor siempre igual en medio de las molestias y tribulaciones de la vida diaria.

La mente es uno de los más útiles instrumentos del espíritu, pero es también muy difícil de vigilar y manejar a voluntad en el actual período de desarrollo del hombre. Un estudio profundo y comprensivo del esquema de la evolución del Cosmos es de un valor inmenso para lograr dominio sobre la mente. Es un entrenamiento de la mente en el pensamiento abstracto, y la eleva sobre las cosas impuras de la existencia concreta, ayudando así a la imaginación a remontarse por encima de los estrechos límites del interés egoísta.

La mente puede hacerse dócil a los dictados del espíritu superior, por medio de los siguientes ejercicios: concentración, meditación, observación, discernimiento, contemplación y finalmente adoración del Ser Supremo. Este último es el paso más alto posible, por el cual el hombre se une con la fuente de todas las cosas; alcanzando por este acto el más alto ideal posible, hasta el momento en que se logra la unión permanente al final de este gran Día de Manifestación.

La palabra clave del método Rosacruz de desarrollo espiritual es “servicio”. La repetición de buenos pensamientos, deseos, sentimientos y emociones, expresados por buenas obras (servicio altruista), es el camino más corto, más seguro y más alegre que conduce a Dios. Así llegaremos a una realización consciente de la unidad de toda la vida, de la “fundamental unidad de todo con todo”. En último término, no podremos obtener del universo más de lo que le demos. En el tiempo presente somos sobre todo deudores y no acreedores; podemos pagar nuestras deudas al universo y hacernos elegibles para la promoción a los grados superiores, solamente si trabajamos para perfeccionar nuestros vehículos y si prestamos servicio a la raza humana.

del libro Filosofía Avanzada

Max Heindel

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